La intención era seguir reciclando después de la alfombra de camisetas viejas, así que esta vez nos propusimos hacerlo con tarros de cristal para confeccionar un original regalo para todos los papás utilizando sal y tizas de colores.
Unos días antes, en clase estuvimos viendo los materiales que necesitábamos y cuáles eran los pasos que tendríamos que seguir hasta terminar nuestro trabajo.
Estos fueron los carteles que elaboré para que los niños y niñas tuvieran una visión global de la actividad.
Tarros de sal from Bruja Malvada
A las diez de la mañana comenzaron a llegar las mamás y nos preparamos colocando los platos de plástico donde mezclaríamos la sal con las tizas de colores.
A continuación, echamos la sal en los platos, repartimos las tizas de colores y les enseñamos a mezclarlas. Se sorprendían al ver cómo la sal cogían rápidamente el color de la tiza. Los niños y niñas tienen una gran capacidad para el asombro. Para ellos era casi "magia".
¡Ya va cogiendo la sal los colores!.
Fuimos volcando la sal coloreada en tarros de cristal organizándolos por colores para que fuera más fácil repartirla a la hora de decorar nuestros tarritos. Para que no se nos derramara, hicimos unos cucuruchos (también reciclados) para ir dando una forma original a las distintas capas de sal hasta llenar los vasos de yogur.
Una vez llenos los tarros, con palillos de madera íbamos dando forma a la sal para decorar.
Para acabar, tapamos los tarritos con film transparente para que la sal no se saliera. Sólo nos quedaba escribir una nota para los papás y acabarlo con un papel pinocho que sujetamos con una cinta de color lila.
¡¡¡FELICIDADES PAPÁS!!!.
¡¡¡MUCHAS GRACIAS MAMÁS!!!.
Fue una mañana fantástica. Los niños estaban felices con las mamás en clase. Llevaban muchos días esperando ese momento. Yo también disfruté muchísimo viendo con ellas se sienten cómodas en nuestra clase. Estoy muy agradecida a todas y cada una de ellas que están dispuestas a echarnos una mano y colaborar con nosotros.
Se me olvidaba contar una simpática anécdota. Cuando estábamos decorando las capas de sal con los palillos de madera un par de tarritos se volcaron y la sal se derramó por la mesa y como verdaderas "magas" en un `pis pas la sal volvió a su ligar original incluso con la decoración. ¡Fue fantástico!.